viernes, 30 de octubre de 2015

La Dordogne - Pueblos y "Châteaux" del Périgord Negro


Domme (Departamento de Dordogne). Ejemplo de Bastida medieval, población fortificada que fue escenario de sucesivas batallas durante la “Guerra de los Cien Años”, prisión de templarios y testigo de las contiendas entre hugonotes y católicos.














La Roque Gageac (Departamento de Dordogne). Otra curiosa , sorprendente y turística población, construida en una estrecha franja entre el río Dordogne y las paredes de la montaña, donde ya hubo asentamientos trogloditas (parking de pago).




























Château Castelnaud La Chapelle (Departamento de Dordogne). Se alza este castillo sobre una elevada atalaya con vistas al río Dordogne. Alberga un Museo de Guerra Medieval (parking de pago). Nosotros no visitamos el interior.









Château des Milandes (Departamento de Dordogne). Muy cerca de Castelnaud podemos visitar este majestuoso castillo, con influencias renacentistas y góticas. En la historia reciente su nombre ha quedado asociado a la polifacética actriz, cantante y activista Joséphine Baker (se cobra entrada).










Beynac et Cazenac (Departamento de Dordogne). Otra población con solera a orillas del Dordogne. Escenario habitual de películas, destaca desde la lejanía su imponente castillo en lo alto de un promontorio rocoso.












Château de Puymartin (Departamento de Dordogne).  Poco puedo contar de este apartado castillo. Se sube hasta su emplazamiento por una estrecha carretera, pero para visitarlo hay que pagar una entrada que nos pareció abusiva (al menos para nuestro nivel adquisitivo).




Château de Commarque (Departamento de Dordogne). A pesar de su estado ruinoso me pareció cautivador. Enclavado en un lugar armonioso, en un amplio rellano en mitad de un bosque al que se llega por una revirada carretera. El lugar fue habitado desde tiempos prehistóricos, como lo atestiguan los restos de asentamientos trogloditas.



















Sarlat la Canéda (Departamento de Dordogne). Sarlat, capital del Périgord Negro, constituye una de las visitas imprescindibles de la zona. Por falta de tiempo solo pudimos conocer esta ciudad en horario nocturno, pero quizás fue un acierto. Recorrer sus callejones desiertos iluminados por las mortecinas luces anaranjadas nos pareció una bonita experiencia. Por contra, nos pena no haber podido disfrutar de su afamado mercado.
Según dicen, Henry Miller afirmó que en “Sarlat está el paraíso de los franceses”. Y si lo afirma un bohemio y vividor como él era, algo de razón llevará.